Nunca hubiese imaginado que debería cuidar a un león de por vida. Soy una amante de los felinos, me gustan de todas formas y colores. Quizás porque desde bien pequeña me había criado con gatos y uno de ellos se metió conmigo en la cuna cuando apenas tenía unos meses. Los felinos y yo tenemos una historia especial (cualquiera que me conozca lo sabrá). Pero los gatos se me quedaron cortos. Quería algo más grande y fui a buscar un león con cara y ojos. Deseaba tener la responsabilidad de cuidar a una fiera de verdad, de las que tienen una fuerza tan brutal que te acaba contagiando. Ahora cada día me despierto con la ilusión…