Maternidad

Síndrome de burnout y las madres

«El Síndrome Burnout (quemada, fundida) es un tipo de estrés laboral (y maternal) , un estado de agotamiento físico, emocional o mental que tiene consecuencias en la autoestima, y está caracterizado por un proceso paulatino, por el cual las personas pierden interés en sus tareas, el sentido de responsabilidad y pueden hasta llegar a profundas depresiones».

 

Burnout y las madres

¿Os suena? ¡Normal que muchas madres padezcan este síndrome!

  • Nunca puedes ver una tarea finalizada con éxito, por ejemplo, cuando limpias y al rato vuelve a estar todo sucio.
  • Te interrumpen mil veces y no puedes mantener la atención ni 5 minutos.
  • Estás disponible todos los días del año, las 24 horas del día
  • Tienes que cargar lo todas las agendas de la casa: la tuya, la de los niños, la del médico, la del marido, la de las plantas por regar, la nevera por llenar y la ropa por tender.
  • Vives en un sinfin de trabajo y nunca ves la hora de cerrar carpeta.
  • Te olvidas de las amistades porque a veces no puedes ni hablar con tu pareja.
  • Tienes la sensación de vivir en bucle.
  • Estás agotada.

 

No hay paz para las madres.

Te encuentras con una situación que imaginabas, que te habían contado pero encima debes soportar eso de…

«pues no haber tenido hijos!»

«¡si estás todo el día en casa!»

«no sé cómo puedes estar en casa cuidando a tus hijos…»

«¿por qué no trabajas?»

Lo que te faltaba por oír. Y no, no me llaméis sensible porque hay gente que tiene el tacto en el cul.

(Llega un punto que todo pesa, los ánimos se caen al suelo y tú ya pasas de todo. La crianza se te hace una montaña rusa y la niña se te sube a la chepa con la penúltima rabieta del día. Llevas más de 20 negociaciones sin gritos pero siempre hay algo que te hace explotar. Sientes los nervios, que no avanzas, que no puedes relajarte y parece que todo está en tu contra). 

¡STOP! Fijo que ya has caído en el síndrome de Burnout.

Creo que como todo en la vida, hay que echarle ovarios al asunto y ponerse unos buenos tapones en los oídos.

Os lo quería contar. Hace dos semanas me quemé. Ardí yo solita.

Llevaba tiempo sin pensar en todo lo que llevo andado en estos 5 años de crianza total, con un trabajo en casa casi invisible y una carrera profesional que casi no existe. Sé que no soy la misma y que me he reinventando como muchas madres y sí, he sufrido una mamamorfosis a raíz de varios burnout’s de caballo y sin coaches.

Sí, la maternidad también tiene eso, a veces te arde tanta responsabilidad y tanta repetición.

Amas pero también te partes en dos cada vez que quieres volar y notas que te pesan las alas.

Miras al pasado, miras al futuro y el presente ya casi no existe porque no te da tiempo a pararte y disfrutar. Con todo empecé a pensar que en septiembre acabará una etapa y yo ya estoy cogiendo carrerilla. Empieza mi nuevo camino, no quiero pegarme una castaña con la primera piedra que me encuentre en el camino porque ya he tropezado unas cuantas veces, pero eso es lo que toca.

Sé que la primavera llegará para ponerme la cabeza del revés y darme más ideas así que tengo que ponerle ganas.

¿Sabéis qué?

Me he dado cuenta de que las mujeres tienen muchos frentes abiertos pero cuando tienen las ideas claras son invencibles y dan miedo.  Así que eso es lo que me he propuesto, rodearme de mujeres que den miedito y lanzarme de cabeza a vacío.

Sé que soy muy afortunada de haber creado una familia y tener unos hijos maravillosos. Y sí, doy gracias al solete que me calienta todos los días, a la salud que guarda a los míos y a esas personas que me inspiran con sus historias y su arte. Necesito aire, historias que me motiven y un ratito largo para mi, así que lo voy a buscar con ganas.

Existe una maternidad positiva pero que no se os olvide, detrás de la maternidad positiva también hay drama. Aquí nadie regala nada y si quieres hijos «majos» te los tienes que currar.

¡Así que a picar piedra, amigas!

Un abrazo a todas esas madres que se sienten así a veces…

¡la pena compartida es media pena! un beso

 

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Madre de dos fieras. Risueña y soñadora. Gracias a mis hijos estoy aquí y gracias a vosotras sigo escribiendo. Así que hasta aquí puedo leer que las bios no son lo mío. ¿Te ha gustado el post? ¡tú comenta lo que quieras que yo prometo contestar! Si te apetece comparte ¡así me ayudas a llegar a más gente! Que tengas un feliz día ;)

8 Comments

  • Diana

    Identificada al cien por cien. Poco más que añadir. Quizás solo que gracias por poner palabras a algo tan difícil y tan fácil de explicar. Besos.

  • Sandra

    No sé si te daré mucho miedo, talvez antes más que ahora o al reves, depende de donde se me mire, Ayyyy que gusto haberte encontrado y poder leer un texto tan auténtico, me has llegado , así me senti hace unas semanas, tambien ardí y lo pase fatal, porque no me siento comoda perdiendo el control pero el agoamiento, la lactancia , el colecho y la crianza positiva cuesta y no hay un relevo que te salve . Pero luego pienso, esto lo he escogido yo, una decision razonada desde el amor , no lo podría hacer de otra manera ( y me tranquilizo, por un ratito) sé que no es la forma facil, pero tambien sé que es la forma con la que más en armonia me siento conmigo. Por eso me he sonreido con tu última frase » si quieres hijos majos, te lo tienes que currar» . No hay más.. como decia una amiga:» ya dormiremos más adelante, ahora toca criar!»

    Ya te sigo por aquí, si quieres saber un poco de mi, me encuentras en http://www.samikay.es

    Sandra

    • batmami

      Hola Sandra, gracias por tu comentario!
      La verdad es que creo que muchas nos sentimos así en varias ocasiones y es inevitable. Críar pesa, nos cambia, nos da lo mejor pero también nos agota. A día de hoy con mis dos hijos soy feliz pero hay días que cuestan demasiado. Quizás cuando encuentre un poco de espacio para mi misma, las cosas cambiarán un poco más. Besos guapa

    • batmami

      sí, no queda otra no? ayyy! yo no veo la hora de hacer las cosas que quiero hacer. Vale que me meto yo en los jardines y quizás quiero hacer demasié pero luego se me pasa y aflojo. Hoy por hoy, hay cosas que no pueden ser 😉 besos bonita mía

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