La fiera tiene novia

Como siempre os digo, pasan los días lentos, rápidos y de cualquier manera. Pasa el tiempo volando aunque a veces te vas a dormir pasadas las 11 de la noche cuando la fiera cae rendida.

La fiera está para comérsela de un bocao.

A veces te la comerías porque te saca de tus casillas y otras porque te suelta un «mama, t’estimo» y entonces se te cae todo al suelo y se te salta la lagrimilla.

L. es pura vida.

Allá donde va, triunfa! #orgullodemadre

Si va paseando por la calle, saluda a todo quisqui. Si ve un coche de los Mossos pide que se lo abran y se mete dentro. Si ve al camión de la basura, ídem. Si ve al frutero, le enseña su última adquisición cocheril. Si va al hospital pide que abran todas las ambulancias y enciendan todas las luces.

En la guarde no iba a ser menos. Cuando llega revoluciona todo el patio. Abraza a su amigo hasta tirarlo al suelo, empuja al que le quiere quitar el coche, corre y salta, canta mil canciones. Y lo mejor es que desde hace unos días hay una rubia de ojos azules que lo espera de mil amores.

Ella es un amor de niña que cada vez que se abre la puerta de la clase aparece para saludar… Le comenté a la profe qué estaba pasando con la primavera porque aquellos ojitos azules se iluminaban cada vez que veía al melenas y me acabó de confirmar que la fiera jugaba mucho con ella y con otro compañero. Y es que la nena tímidamente hace una caidita de ojos que cualquier persona adulta puede percibir como amor del bueno, la pena es que mi fiera solo hace caidita de ojos cuando ve un coche de bomberos con alarma incluída. Nunca pensé que dijera esto pero siento #orgullodemadre al ver que una nena de 3 años bebe los vientos por mi pequeño Tristán, porque ella sin duda es Isolda ¡qué bonita es!

Parece casi mentira que el amor pueda aparecer tan pronto y comprobar que esa mirada es inocencia pura. Como sigue con la mirada, como caen las pestañas, como guarda la sonrisa tímida… ¡qué lejos están las mujeres de los hombres y las niñas de los niños! Y yo que hasta ahora no me había dado cuenta… lo que nos queda por ver y aprender de los pequeños!

Perdonadme si me pongo en modo madre pero este amor primaveral me ha roto los esquemas y no quiero parecer una exagerada pero nunca había visto un amor tan temprano!

Aunque ahora que lo pienso, MIENTO!

L. siempre ha mirado con ojitos a su hermana, más ahora cuando le dice «cuchicuchi!» y la nena le regala una risotada de las suyas.

Ay! El amor!