Inquietudes de una madre,  Maternidad

De cuando yo escribía la carta a los Reyes Magos

Hace unos días escribimos la carta a los Reyes Magos…

queridos reyes magos

Fue casi inevitable volver a ser pequeña. Me encantó poder rememorar mi infancia empuñando el lápiz, con la lengua fuera, con mi mejor caligrafía, creando cosas con papeles para regalárselo a los Reyes el día de la entrega de la carta… era todo interesado, quería mis regalos!

Recuerdo que me esforzaba un montón para conseguir una letra bien redonda para que entendieran lo que pedía y recuerdo pedir regalos para todo quisqui. Y es que cuando era pequeña me chupaba todos los anuncios de juguetes de la tele. Me encantaban. De hecho recuerdo que cuando se acaba la Navidad me daba un pena terrible por tener que volver al cole y también porque ya no podría volver a ver aquellos anuncios con muñecas y juguetes tan bonitos: Chabel, los Mellizos, mi Pequeño Pony, los PinyPon, los Playmobil, el Baby Feber, la Barbie de turno, el Nenuco, el Penique Elastic, las Cabbage Patch Kids, Sylvanian Families…

Ver crecer a tu hijo tiene cosas maravillosas y te permite volver a ser niña de nuevo. Recordar con ojos vidriosos la emoción que sentías cuando tu madre te decía «ya queda poco para que lleguen los Reyes Magos!» porque por aquel entonces vivía mis días sin saber muy bien cuánto tiempo tardaban en llegar… La verdad es que después de pasar un año esperando, oír un «ya queda poco» era como «ya están aquí!». Y aquello no tenía precio y la emoción era incontenible.

Los Reyes en mi casa llegaban aquella misma noche. Lo sé, era una privilegiada! Luego entendí que mi madre era una tía lista y así se ahorraba todo aquel rollo del camello y el agua, los zapatos, etc. Así evitaba que me meara en la cama de los nervios o lo peor, que la pillara infraganti en mitad de la noche. La verdad es que se lo agradezco porque con lo impaciente que soy, sé que no hubiese dormido una leche… bastantes esfuerzos hacía con el Ratoncito Pérez…

Recuerdo que después de pasar un frío infernal en la cabalgata, tocaba pasar por el Centro para hacer la foto con el modelito de rigor y salir corriendo calle arriba para llegar a casa y entrar por la puerta como un caballo desbocado. Acto seguido entraba al salón y les preguntaba a mis hermanos o a quién estuviera por casa si ya habían llegado… Salía de un salto a la terraza y empezaba a buscar mis regalos como una loca hasta que daba con una bolsa de basura negra gigante. Aquello era buena señal, cuanto más grande fuese el regalo, mejor! Cogía mis regalos desperdigados entre las macetas y entraba al salón de otro salto para abrir cada paquete a la velocidad del rayo… Recuerdo que a veces me volvía más loca aún y iba buscando por las habitaciones, o por debajo de las camas para ver si habían más regalos hasta que mi madre decía «ya no hay más!». Entonces mi abuela sacaba el monedero y nos daba un billete de mil pelas a mis hermanos y a mi… ¡qué pastizal!

¡Ay! Qué ilusión! me iba a dormir emocionada y tranquila con mis juguetes… me preguntaba cómo me habían traído algo que no había pedido, o cómo me habían traído juguetes que me gustaban pero no había puesto en la carta… ¡los Reyes eran mágicos! ¿o quizás eran los pajes? Los imaginaba subiendo con cuerdas por el balcón, saltando de tejado en tejado, corriendo como locos para entregar tooooooodos los regalos…

Por unos instantes me quedé medio lela… ¡Qué bonito poder recordar todos aquellos instantes de nervios e ilusión!

Y es que el otro día, Leo y yo, escribimos la carta a los Reyes Magos…

Madre de dos fieras. Risueña y soñadora. Gracias a mis hijos estoy aquí y gracias a vosotras sigo escribiendo. Así que hasta aquí puedo leer que las bios no son lo mío. ¿Te ha gustado el post? ¡tú comenta lo que quieras que yo prometo contestar! Si te apetece comparte ¡así me ayudas a llegar a más gente! Que tengas un feliz día ;)

2 Comments

  • Marta

    estoy temiendo la cabalgata de esta tarde. El frío húmedo que hay en la ciudad es horrible. Y la cantidad de gente que hay… Ay! Y para mi super tarde… Pero bueno, ver la ilusión en sus caras…

  • Irene MoRe

    Yo escribí pocas cartas a los Reyes Magos, porque descubrí pronto que «si se los decías a tus padres se enteraban antes» jejejeje, pero sin duda la noche de Reyes es la más especial del año, y ahora, con nuestros tesoros, más aún.
    Eso sí, aquí no vemos los regalos hasta el 6 por la mañana, porque los Reyes llegan de madrugada.
    Besazos.

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